Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 5 de marzo de 2011

Disciplina era la de antes...


Este post surge de resultas de un críptico comentario de Dayana en mi otro blog.

En efecto, hizo ella mención a una anécdota de la más tierna infancia de Pulpo, que vale la pena compartir.

Así como el Cuervo era serio y sensato desde pequeño, el Pulpo fue siempre una especie de demonio de Tasmania, aunque adorable, por supuesto.

Por esa razón, había que estar siempre inventando estrategias para que no rompiera las pel , paciencia más allá de lo humanamente tolerable.

Yo había inventado una "horrible amenaza" consistente en decirle, cuando ya otro padre lo habría cocinado a la parrilla:

- "Mirá que cuento hasta tres y te hago chas chas cola"

Pueden imaginar que esos chas chas cola no eran más que simbólicas palmaditas, pero yo muy inocentemente pensaba que serían un correctivo, hasta el día en que apenas dije:"Mira que...", Guille completó la oración diciendo:

- "Sí sí, ya sé, un, dos tres, chas chas cola..."

Y uniendo la acción a la palabra, se dio a sí mismo dos leves palmaditas en la cola, y remató agregando:

- ¡Ya está, ahora puedo seguir jodiendo!

Por supuesto, fue la última vez que pronuncié tan espantosa "amenaza", porque decididamente mi correctivo disciplinario estaba lejos de ser efectivo luego de que todos nos desparramamos por el piso muertos de risa.

En fin, nunca pude ni podré ser un modelo de rigidez educativa...


Pero espero ser un símbolo de suerte para Negrita que sigue esperando adoptantes.


Un beso Graciela

P.S.: En la foto que ilustra el post, la expresión del Pulpo en la época de la anécdota ya delata la clase de salvaje que era.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

2 comentarios:

Terox dijo...

Jajajaja...

La ingenuidad infantil con frecuencia nos desarma de un golpe...

Graciela L Arguello dijo...

Hola, Terox, no sabés lo poco que ha cambiado el Guille desde entonces, es un hombre hecho y derecho, pero todavía puede desactivar cualquier enojo con sus ocurrencias Un beso graciela