Hasta el día de la fecha les he contado muchas veces mis primeras incursiones en la cocina, que siempre terminaron como historias divertidas, debido a mi total falta de interés y capacidad en ese ámbito.
Lo que yo misma no había sospechado es que para mí no pasa el tiempo, y decididamente me mantengo (en el aspecto culinario al menos) tan "joven e inexperta" como cuando tenía veinte años.
Y como prueba de lo dicho, paso a contarles mi última hazaña, de la que Dayana puede dar fe, porque es parte del evento.
Les cuento, primero, que ella sí es experta en la cocina, y como una manera de mimarme, muchas veces aparece con Tuppers llenos de cosas ricas para abastecer mi freezer siempre al borde de la desnutrición, debido a mi irredenta ignorancia sobre recetas que excedan las milanesas y alguno que otro plato no mucho más sofisticado.
Y tanto ella como el Pulpo, cuando vienen a comer a casa, tal vez como una estrategia de supervivencia, casi siempre aclaran: "No te preocupes, nosotros llevamos todo listo".
En una ocasión en que Dayana vino a comer a casa, trajo ya preparadas unas exquisitas milanesas de soja, rebozadas en polenta, que ella prepara como los dioses.
Como yo no quise ser menos hospitalaria, por el solo hecho de ser una looser culinaria, le dije:
-"Sentate, nomás, yo preparo algo para acompañarlas, y comemos en seguida"
Sinceramente no recuerdo si hice un puré o algo por el estilo (hasta allí llega mi ciencia), lo cierto es que en un periquete puse la mesa, y serví la comida en sendos platos, disponiéndome a compartir una cena de amena charla con Day.
Y entonces fue que se produjo el siguiente diálogo:
-Graciela, ¿qué hiciste con las milanesas?
- Les dí un par de minutos en el microondas, ¿por?
- Porque las milanesas no estaban frías, Gra...¡estaban crudas! ¡Había que freírlas, no calentarlas!
Por suerte todo tiene solución, de modo que después de recuperarnos del ataque de risa, y fritar las mencionadas milanesas, sumé una anécdota más para el largo rosario de mis animaladas "cocineriles", y otra historia absolutamente verídica para los que leen este blog.
Y de paso les digo, si quieren en su mesa a alguien que ni se va a dar cuenta de sus burradas en la cocina, ahí tienen a Basia, que está esperando la adopción que merece.
Un beso, y hasta el sábado próximo. Graciela.
Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
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4 comentarios:
Jajaja... afortunadamente los humanos somos animales omnívoros... y mientras no seamos demasiado exquisitos en la mangiata... me acabo de acordar de la peli Rattatouille... te la recomiendo 100% si no la has visto... yo soy más como Emile que como Remy... jajajaja
Debo corregir un error culinario más del post: no eran milanesas de soja, eran de berenjena :P
No hay caso, Dayana , ¡ni eso aprendo! Igual, estaban riquísimas. Un beso
Pues, tendré que verla, Terox Beso
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