Por eso, la menor de las griegas Xipolitakis, o como sea que ese apellido se escriba, es impagable.
La última pavada que le escuché decir en un reportaje televisivo es una joya digna de la Corona de Inglaterra.
Y ni comentarios requiere, vean si no:
"...-decime cuándo yo negué una mentira"...
Es decir, que si no la niega, la afirma, confirma, reafirma, o como quieran expresarlo, pero básicamente la deja en pie.
Lo mejor del caso, es que ella lo decía para enfatizar la credibilidad de sus afirmaciones.
En el momento de escribir este post se me cruza por un momento la fantasía de la vedette leyendo la oración anterior. ¿Qué podría llegar a interpretar? ¿Y cómo lo retrucaría?
Se me ocurren las siguientes opciones:
- Yo no necesito enfatizar nada, porque para eso gano mi propio dinero con mi trabajo honesto.
- Por si no lo sabés, mis afirmaciones no tienen ninguna credibilidad.
- A mí siempre me inventan romances, pero nunca tuve nada que ver con ninguna credibilidad.
- Yo pago todo al contado, nunca saco créditos para nada.
- Vos podrás credibilizar todo lo que quieras, pero yo no necesito que me andes enfatizando.
- A mí mi familia me educó muy bien desde chiquita, por eso ni enfatizo, ni afirmo ni credibilizo a nadie, no como hacen otras, para colgarse de mi fama.
Y así imagino variaciones infinitas, ¿y ustedes?
A menos, claro que la idea que quiso expresar fuera algo así como "decime cuándo yo negué haber mentido, si lo hice".
Un abrazo y nos vemos el próximo sábado. Graciela.
La foto que ilustra el post es de la red.
Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.
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