Después de haber escrito Azul, que publiqué y comenté en su momento en este blog, a modo de revancha contra mi profesora Matilde, decidí seguir escribiendo sobre diversos colores.
En este caso les presento lo que en aquel remoto tiempo del 66 escribí bajo el título:
GRIS.
La lluvia se dejaba caer sobre el techo. El suave viento empujaba las gotas, que chocaban contra las ventanas y por ella se deslizaban en un callado dejarse, que empañaba los cristales.
La mañana estaba gris. Gris triste que se enroscaba sin ruido, y se amontonaba sobre el corazón.
Los segundos se caían, y al llegar al suelo se esfumaban, para correr a formar los minutos que también se dejaban caer.
El silencio se apretaba, formando un denso vacío que se cerraba en torno al reloj, tratando de acallarlo.
Una dulce quietud, se extendía misteriosa, hasta el mismo confín del cielo…

Un abrazo y hasta el próximo sábado. Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea? Graciela.
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.
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