Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 9 de abril de 2011

Vamos consolidando una nueva jauría


Los primeros días de Florencia Sofía en casa significaron todo un desafío para Elvira Inés, ya que la recién llegada, pese a ser todavía medio cachorrona, la duplica por lo menos en tamaño.

Por esa razón, la primera reacción de Layka fue algo huidiza ante esta nueva presencia, casi tan intimidatoria como la del magnífico Federico Alfonso, que siempre fue algo despótico con ella.
Pero bastaron un par de días para que -ya fuera desde una prudente distancia, o tomando mis piernas como un refugio seguro- Layka comprendiera al fín que "la nueva" no era más que una cachorra torpe y desmañada, que hacía todas las cosas mal, y no tenía idea de nada.
Entonces la enanina comenzó a tomar estatura moral ante sus propios ojos.
Ella era la obediente, la que no destrozaba nada, la que sabía cuándo, cómo y dónde pedir la comida, tomar el agua y reclamar atenciones.
La que sabía la rutina-siempre bastante relativa- de la casa, y las normas a cumplir.
Y entonces comenzó a mirar al torbellino "mete pata" con cierta condescendencia, y dejó de escabullirse hacia los rincones, para pasar a ser la graciosa líder de esta nueva jauría en ciernes.
Hay que verla hoy, corriendo a Flor por el jardín - que entre ambas han convertido en algo que más se parece a un campo minado que a cualquier otra cosa- o marchando por delante en los paseos por el barrio.
Y nada hay más gracioso que ver a la enorme cachorra, escudándose detrás de la pequeñita, cuando ambas ladran a los gatos que pasean por el borde de la tapia.
Y me viene el recuerdo, siempre listo, de Rolf poniéndose delante de Layka durante todos los años compartidos, en cualquier situación de riesgo potencial.
Hoy la minúscula heredera ha tomado su lugar, y tal vez hasta cree que le han sido legadas su fuerza y su imponencia.
Florencia Sofía,¡cuánto te debemos ya, Elvira Inés y yo! Ella ha vuelto a jugar, y yo he comenzado a recordar con una sonrisa entre las lágrimas.

Y milagro semejante puede obrar para ustedes Negrita, si le abren su hogar y su corazón.




Un beso y buen fin de semana. Graciela.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

2 comentarios:

Terox dijo...

No es raro que un rayo de juventud en la (relativa) vejez nos recuerden los "buenos tiempos". De seguro Laika recuerda ahora cuando fue ella la cachorra...

Graciela L Arguello dijo...

Hola Terox, te garantizo que es Layka la que deja a Flor de cama. Es la viejita la que más corre y más aguante tiene para el juego. Debe ser de familia. :D Un beso Graciela