Últimamente he seguido exhumando los papiros almacenados en las pirámides de los tiempos pretéritos, y algunos de ellos me resultan estéticamente bastante aceptables (bueno tampoco una cosa de locos, no se hagan ilusiones), de modo que he decidido subirlos al blog como parte de las Confesiones para el prontuario, o de las revelaciones de Con el alma desnuda.
Por supuesto que eso implica necesariamente una aclaración, casi, casi como las de las portadas de algunas novelas, y que haré hoy de una vez y para siempre, ya que a este post los referiré cada vez que vaya a presentarles uno de esos documentos rescatados de la historia.
La aclaración de marras reza:
Si bien algunos hechos de esta historia pueden estar anclados en acontecimientos más o menos reales, las cualidades que adornan al personaje masculino son pura ficción, y cualquier parecido con la realidad sólo puede haber existido en una muy optimista imaginación de la autora.
Por si alguno no ha llegado a entenderlo, la traducción al lenguaje cotidiano sería más o menos: "¿Qué pude haberle visto a semejante cachivache?"
Expresión ésta que podría subtitular cada una de esas joyas literarias que adornaron la corona de alguno que otro sapo, temporaria y ficcionalmente devenido en más que dudoso príncipe, no sé si azul, o a lo sumo celestito medio pálido...
Pero bueno, ¡es lo que hay!...o hubo, o habría habido, or whatever...
Ahora queda hecha la salvedad para todos los próximos posts que correspondan al epígrafe ya enunciado, y recuerden que los únicos príncipes y princesas que no se "sapirizan" tienen cuatro patas, mueven la cola, ladran y se llaman, por ejemplo Silvia, como la que ven en la foto y puede ser la princesa de sus sueños si le dan la oportunidad, albergándola en su familia.
Nos vemos el sábado. Un beso Graciela.
Ahora queda hecha la salvedad para todos los próximos posts que correspondan al epígrafe ya enunciado, y recuerden que los únicos príncipes y princesas que no se "sapirizan" tienen cuatro patas, mueven la cola, ladran y se llaman, por ejemplo Silvia, como la que ven en la foto y puede ser la princesa de sus sueños si le dan la oportunidad, albergándola en su familia.
Nos vemos el sábado. Un beso Graciela.
2 comentarios:
Caray, ¿serán picantes confesiones de una ajetreada vida amorosa? Esperaremos con ansia...
Más que ajetreada, catastrófica, Terox ... pero muy inspiradora desde lo literario...
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