Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 29 de marzo de 2014

Una sesuda reflexión para algunas señoras paquetas.



Les recuerdo a mis amigas que si las efusiones de mis niñas de cuatro patas ponen en riesgo sus pantymedias, no hay en ello ninguna mala intención. Después de todo, si se ponen algo que se llama  dos veces "can",¿cómo esperan que tal prenda no le llame la atención a mis dulces hijitas? 
Para evitar conflictos, les ofrezco dos opciones: o vienen con pantalones, o esperan pacientemente en el porche hasta que yo las lleve a sus respectivas cuchas. (A mis perris, no a mis amigas) 
Al fin y al cabo, yo misma, cuando llego de la calle, antes de exponerme a sus cálidos recibimientos, sé que debo poner antes a salvo las sedas, los encajes, y toda otra paquetería.
Y estas precauciones también deben tomarlas todas las demás personas cuando adopten una mascota, como Cachito, por ejemplo, porque pretender devolverlo después porque "me rompe las medias" es la estupidez más sorprendente que escuché en mi vida.
¿Entendieron ahora a qué apuntaba este post, que parecía tan traído de los pelos?
Sí, hasta esas idioteces esgrimen algunos irresponsables (ahora ya no hablo de ninguna de mis amigas, ojo)que adoptan primero y no se lo bancan después.
En resumidas cuentas, si no están a la altura de las circunstancias, no se anoten para adoptar a Cachito, porque él merece solamente lo mejor.


Un abrazo y hasta el próximo sábado. Graciela. 

Si me esperan con la noticia de que adoptaron un animalito callejero, todos seremos más felices.
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en el blog tiene protección de propiedad intelectual.

2 comentarios:

Terox dijo...

¡Excusas! Al contrario, un dulce masaje de uñas caninas podría aumentar la circulación y hacer maravillas por sus piernas... y si no te creen, les enseñas la foto!!!

Graciela L Arguello dijo...

¡Qué buena idea, Terox ! Ése va a ser mi argumento de ahora en adelante. Un beso, Graciela