Espero que los santiagueños no se ofendan, porque esto no es más que humor, y de hecho, lo escribí a partir de una charla en solfa con un santiagueño.
Crónica del city tour por un pueblecito de Santiago del Estero:
Salimos en sulky desde la plaza Central, a las 11 en punto, o por lo menos unos minutos antes de las 12, cuando conseguimos que se levanten los guías lugareños.
Vamos visitando los atractivos del pueblo, mientras los guías expertos explican:
-"A la derecha, venta de zapallos, sandías y melones. Si lo desean podemos parar a comprar algunos como souvenirs. A la izquierda, degustación de rosquetes, empanadillas y pan de grasa con chicharrón. Nos aproximamos ahora al arropódromo, donde hay una parada oficial para probar variedades de arropes y tienen la posibilidad de comprar tunas, con o sin espinas, según a quién se las vayan a regalar. Rogamos ser expeditivos con el paseo, porque el tiempo destinado a visitar los seis stands es de solamente dos horas, con una tolerancia de no más de 45 minutos. Si alguno se entretiene más de la cuenta, lo levantaremos al regreso, que puede ser a las 19, las 20 o las 21 horas, según se desarrolle el city tour".
De regreso en los sulkys, se cuentan las personas con un error de más/ menos 5, lo cual es bastante satisfactorio, y avanzamos hacia Quesilloland, donde se exponen quesos árabes, criollos, de cabra y vaya a saber qué más, con un tiempo de compras que depende de lo que estén haciendo los puesteros, y las ganas que tengan de atender más o menos rápido.
La siguiente atracción turística es la Patayteca, donde los más afamados fabricantes artesanales de patay presentan sus productos, junto a otras Delikatessen como chipaco y chanfaina. Todo regado con chicha y aloja de las más prestigiosas destilerías de la región.
Cuando todos hayan regresado a los sulkys, y a la hora que sea, nos dirigiremos a comprar cestitas de chala, mantelitos tejidos y virgencitas y santitos de papel maché, además de figuras de la Telesita.
La excursión terminará con una alegre velada musical donde escucharemos 75.999 chacareras, 400 alegres bagualas, y 900 deprimentes zambas en las que se relatan las desventuras amorosas de los autores desde la más tierna infancia.
A medida que la gente se vaya quedando dormida, será cargada en los carros, y los que se hayan dislocado la mandíbula bostezando serán internados en la terapia intensiva de Doña Pachita, que recurrirá a sus conocimientos yuyísticos y milagreros, para devolverle al turista su sonrisa habitual o algo que más o menos se le parezca.
Y ahora, apuren ese ritmo tan santiagueño que está teniendo la posible adopción de Cachito, y muévanse un poco para conseguirla, che....
La foto es de este sitio y corresponde realmente a un pueblo santiagueño.
2 comentarios:
Te puedo asegurar que no es la peor campaña turística que haya leído...
Pensando que esto era satírico, no quiero imaginar cómo fue ese tour, entonces, Terox
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