Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 16 de agosto de 2014

Cosas de mi madre...

Les he contado ya que mi madre, la Clory, era todo un personaje.
Cuando ya era muy mayor,no había perdido, no obstante, su carácter y su intención de salirse siempre con la suya. Y esta anécdota que recuerdo, la pinta entera a ella y su obstinación en tener siempre la última palabra.
Esto sucedió en sus últimos meses de vida, cuando dependía de otros para determinados cuidados, y a mí me tocaba acompañarla los domingos cuando las empleadas permanentes tenían el día libre.
Cada vez que yo pasaba el día en su casa, ella se hacía un deber reprenderme por algo, como para dejar en claro que seguía estando a cargo del timón.
Una tarde, no teniendo otra cosa en la que enfocarse, me recriminó el color del esmalte de las uñas. Convengamos en que yo no le tengo miedo a salirme de la norma, y ese día mis uñas ostentaban un color turquesa si mal no recuerdo, o algo similar.
Y éste fue el diálogo resultante de tan nimio detalle:
-¡¿Cómo te vas a pintar las uñas de ese color?!
- ¿Por qué no, si me gusta, y hace juego con mi ropa?
- ¡Pero no es un color aceptable para las uñas!
-¿Y el rojo sí?
-¡Claro. el rojo sí!
- Bueno, Clorita querida, te diré que el rojo TAMPOCO es el color natural de las uñas, así que es tan absurdo como el turquesa, si vamos al caso.
Este argumento la dejó callada por unos minutos, hasta que volvió por sus fueros con esta pregunta matadora:
- Y decime, ¿ese color no te hace doler los dedos?
¿No les dije que cuando la Clory quería tener la última palabra, la tendría, al costo que fuera? Pues ya lo ven.
Y ahora la última palabra que quiero tener es ¡¡¡¡Adopten a Alelí, por favor!!!!!
Un beso y nos vemos el próximo sábado. Graciela. 

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

4 comentarios:

Terox dijo...

Ah... esas señoras nunca pierden... y no sé por qué pero se me hace que la fruta no cayó muy lejos del árbol...

Graciela L Arguello dijo...

¡¡¡Jajajaja!!! No tanto, Terox , en circubstancias como ésa soy más racional, en otras cosas, sí me "emperro" jajajaj

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

No sabía que habían colores de esmalte que hicieran doler las uñas jaja tumadre era una mujer muy excepcional.

Saludos


Genes, Genes jaja

Graciela L Arguello dijo...

Era mucho más que excepcional, Roy era única...debería dedicarle un blog entero, jejeje. Pero por lo menos, vendrán más posts sobre ella.