Una larga semana de muchos festejos, poco tiempo y bueno...va un nanocuento
PEQUEÑEZ.
Le faltó valor. Soltó mi mano.
Quien nunca soltaría la mano de quien ama es Moria, que está esperando adopción.
Ésta es una muy breve aclaración respecto a cómo deben ser entendidos mis cuentos. Los míos no son cuentos testimoniales, ni históricos ni sociales, son solamente relatos de pequeños hechos cotidianos. Por eso no deben leerse con voz de barricada, ni en el foro, ni en la academia. Son mínimas historias para leer en voz baja, junto al fuego, en una tarde de lluvia, en un amanecer solitario, o en una noche de insomnio, y pensar tal vez, muy secretamente: “se parece un poco a mis ayeres”
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