Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 14 de abril de 2018

Un post que quiere ser educativo.

Hace ya más de un año subí un post en facebook, que es parte de mi campaña educativa relacionada con los animales de la fauna urbana.
Como en facebook las publicaciones se van perdiendo, se me ocurre que aquí puede ser útil refrescarla. 
Y allá va:
Somos miles los que en este mundo virtual pretendemos ayudar a los perros y gatos abandonados, consiguiéndoles un hogar. Y eso es bueno, porque habla de nuestra empatía y solidaridad. Nos muestra bien. O mejor dicho ¿nos muestra bien?
Porque para eso debemos hacer las cosas bien.
Y no las estamos haciendo bien, según puede verse en los más de 800 casos que figuran en la Lista Negra de Malos Adoptantes. 
Porque cuando un caso sube a la lista, sólo en muy pocas oportunidades es fatalidad o mala suerte. Por lo general es el resultado de una serie de desaciertos previos.
Y las causas principales de las lamentaciones pasan por circunstancias en las que se entregan animales:
  • ·         Sin conocer los datos reales del adoptante.
  • ·         Sin realizar encuesta previa
  • ·         Sin realizar contrato de adopción.
  • ·         Sin controlar que se realice la castración acordada.
  • ·         Sin hacer seguimiento.

O se dan animales como si fueran meros objetos:

  • A personas con perfiles de facebook en los que no se muestran más que selfies, lo que da que pensar que hay muy poco espacio en la vida del supuesto adoptante para ocuparse de algo más que su propia persona.
  •  A personas que no quieren recibir al animal en su propio domicilio, por razones nunca del todo claras.
  •  A personas que rehúsan aceptar el seguimiento.
  •  A acumuladores, bien intencionados o no.
  •  A gente muy mayor que no puede garantizar el bienestar por los siguientes 14 o 15 años a un cachorro, o por los 4 o 5 que se espera que viva un animal adulto.
  • A familias con niños muy pequeños que pueden lastimar a los animales o ser lastimados por ellos, sin acompañar el periodo de adaptación, y sobre todo de educación de los niños.
  •  A familias que no tienen vivienda adecuada o que están próximas a mudarse.
Y podría seguir enumerando las muchas razones por las cuales insultar a los malos adoptantes no es del todo justo, cuando tal vez seamos nosotros mismos los que pecamos de irresponsables al querer entregar animales en plazos perentorios.
No olvidemos que cuando el índice señala a otro, los cuatro dedos restantes se dirigen a nosotros mismos.
Pero aquí, a Angelito se lo da en adopción, con todas las precauciones del caso. Un abrazo y hasta el próximo sábado. Graciela. 

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito callejero o rescatado de alguna fea situación.
Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.


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