Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 21 de abril de 2018

Un poco más dentro de la misma línea.

Más o menos en la misma línea de la semana pasada, subo otro post relativo a los programas de control  y manejo de fauna urbana.
Este post es casi idéntico a un texto que subí hace más de un año en mi facebook personal, pero quiero que quede en un soporte menos efímero, por eso lo copio también aquí.

Aquí estoy pensando en el tema de las castraciones y en la manera en que lo estamos abordando.
Primero que nada quiero aclarar que no me opongo de ningún modo a las castraciones, pero...
La esterilización de animales  debe ser un eslabón más (importante, sí, pero uno más) en una cadena de acciones que garantice la calidad de vida que merece la fauna urbana, tan dueña como nosotros mismos del ambiente del que nos hemos apropiado, sin otro derecho que el de ser los más agresivos del sistema.
Si bien la castración mejora notablemente algunos aspectos de la calidad de vida de los perros y gatos callejeros, no la garantiza per se, si no se la realiza dentro de un proyecto mucho más racional, ambicioso y abarcativo, que contemple al menos dos aspectos más, tanto o más fundamentales que la castración misma.

Esos dos aspectos son: leyes mucho más estrictas para asegurar el respeto a los derechos de los animales, y educación para su cumplimiento.
Y digo esto porque de nada sirve invertir cantidades ingentes de dinero en esterilizar animales que seguirán estando en riesgo, castrados o no.
¿De qué sirve castrar un animal que poco tiempo después puede ser atropellado, torturado, maltratado o asesinado impunemente?
Por eso digo que la castración no es un objetivo en sí misma, salvo que sólo miremos nuestra propia comodidad (menos animales que ocupen "nuestro" espacio), y no nos preocupe de verdad el bienestar animal.
Porque el bienestar animal, requiere ADEMÁS de la esterilización: legislación adecuada a la nueva conciencia respecto a sus derechos, y educación permanente que la acompañe.
Si convertimos la herramienta (castración) en el objetivo, por no mirar el panorama completo, sólo estaremos garantizando la proliferación de cadáveres castrados. Porque repito, sólo la castración por sí misma, NO PROTEGE a los animales contra todos los abusos a los que se los somete.
Vayamos por un plan integral que comprenda: adecuación de las leyes, educación en la tolerancia y el respeto hacia los animales, y por supuesto, castraciones como único instrumento ético para mantener la población animal en sano equilibrio con el ámbito urbano, pero no como objetivo excluyente y final.
Y por cierto, quien está muy de acuerdo conmigo es Angelito, que busca adoptante desde hace años.
Un abrazo y hasta el próximo sábado. Graciela.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito callejero o rescatado de alguna fea situación.
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