Ayer fue mi cumpleaños. Y no me digan que les importa un pomo, porque ya me di cuenta solita, porque pese a la inundación de saludos por fuera de este espacio, no recibí ni un saludito acá en el blog, ¡y eso que me lo merezco!
Porque miren que llegar a esta altura del partido, todavía con ganas de intentar entretenerlos todas las semanas, aunque sea un ratito, no es poco mérito.
Otros a mi edad, ya se están atiborrando de remedios y tienen tarjeta de "paciente frecuente" en todos los especialistas de su mutual. Pero esta personita sigue bailando y divirtiéndose como a los quince años.
Lo cual me recuerda una anécdota de hace una parva de años, cuando el Pulpo tendría unos quince años, y el mismo humor sarcástico de siempre.
Paso a contarles.
Estábamos en la pileta de un club, con amigos, y yo andaba muy cómoda con una diminuta bikini. Una de las presentes, madre como yo de dos hijos, pero algo entradita en carnes me preguntó:
-"¿Cómo hacés para tener dos hijos y conservar el cuerpo de los quince?"
Y yo, muy orgullosa, lo comenté en casa a la noche, a lo que Guille, con su típica mordacidad acotó:
-"Che, ¿habrá querido decir de los quince años, o de los quince hijos?"
Gracioso el nene, ¿no?
Como graciosos son todos los perritos y gatitos que uno puede adoptar en esta página.
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