Pero, aunque no sea creyente, siempre es un placer transitar este tiempo de festejos con los que se quiere, y a veces hasta lo quieren a uno también, ;D .
Es la época tan bella del año en que nos permitimos ser niños otra vez, y nos preguntamos si habrá algún Papá Noel que nos haya incluido en su lista, mientras hacemos la nuestra propia.
Cuando salimos casi sin pausa, noche tras noche, a festejar con cada uno de los grupos a los que pertenecemos. Cuando se nos complica estar en todos los lugares a que nos invitan, y nos sentimos cobijados por tanto afecto, que nos ponemos a pensar, si no sería mejor todavía, distribuirlo a lo largo del año, cuando a veces estamos muy carentes de él.
Esa época especial en que tenemos una bella excusa para abrir la billetera sin cálculos ni reparos, para colgar cosas bonitas en cada uno de los arbolitos que arman los que siempre tenemos en el corazón.
El tiempo de recorrer para eso, los negocios, con el corazón cantando porque, no sé si a todos les pasa, pero yo amo elegir regalitos para los que me acompañan por la vida, sean amigos, compañeros o familiares.
Es como si fueran conmigo, porque mentalmente les mido, les cuelgo o les muestro mis elecciones, imaginando cómo podrían reaccionar. ¡Y eso es puro disfrute!
Y también es linda esta porción del año porque casi todos tratan de deponer sus armas, y de ser un poco más amables, total, es por tan poquito tiempo..
Y dicho todo esto, los despido hasta el año próximo, porque ya será 2022 el próximo sábado, ¿se dieron cuenta?
Y para terminar bien el año, les sugiero sumar un compañero de los más fieles, como son todos los perritos y gatitos que se pueden adoptar
en esta página.
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