Hoy me siento absolutamente saturada de sensaciones negativas: repugnancia, vergüenza de mi propia especie, asco, indignación, horror, impotencia y ni sé cuántas cosas más, igualmente descorazonadoras.
Es que estoy suscrita a varias organizaciones de las que abogan por los derechos de los animales y cada día recibo cientos de peticiones de firmas para luchar por ellos.
Me llegan noticias atroces de todo el planeta: animales sujetos a los más crueles experimentos, festivales inmorales e inhumanos en los que las víctimas son los animales; supuestos "deportes y tradiciones" en los que se abusa de ellos, abandonos, maltratos, agresiones, torturas...¡¿HASTA CUÁNDO?!
Ni siquiera los Reyes Magos consiguieron regalarme la noticia de que al fin los humanos empezaron a comportarse como tales. Por eso no tengo ánimos para escribir nada más, sólo siento que la indignación y la impotencia me desbordan...
Sólo puedo pedir que los que pueden hacer siquiera un mínimo gesto para bajar un micrón la balanza hacia el otro lado, lo hagan. Por ejemplo dando hogar, cariño y cuidados a algún callejerito en riesgo.
Un abrazo y hasta el próximo sábado. Graciela.
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque tiene protección de propiedad intelectual.
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