Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 7 de octubre de 2023

Presentando una vez más mi último libro


Ya les he hablado antes de mi libro de cuentos "Mintiéndote al oído" pero ahora les vengo a hablar un poco más en detalle de él.

Se trata de las palabras que escribí para su presentación en sociedad.

Pero no esperen una disertación académica ni formalita, porque nada estaría más lejos de lo que van a leer.

Más bien será una de esas charlas algo erráticas, llenas de paréntesis y digresiones, que son la sal de la conversación, porque si así no fuera, ¿por qué disfrutamos tanto de juntarnos simplemente a chusmear un rato?

Pues bien, hecha la correspondiente advertencia, paso a contarles cosas.

Tengo un primo segundo jujeño, que vive en La Plata, explicar lo cual para lo único que sirve es para ocupar un par de renglones y para ninguna otra cosa.

El Pelado, mi primo, (que ni siquiera es pelado, sino que se ganó el sobrenombre cuando le tocó la colimba nada menos que en la Marina: dos años rapado el pobre), tiene unos diez años más que yo, así que cuando pisaba la adolescencia, yo era una niñita de unos 4 o 5 años, y por eso él jugaba de adulto, y me preguntó un día:

-¿Qué vas a ser cuando seas grande?

Y yo contesté:

-Millonaria.

- ¿Y cómo vas a serlo?- fue la siguiente pregunta, a lo que respondí muy ufana:

-Voy a ser escritora, y voy a vender tantos libros que seré millonaria.

Por supuesto, lo único que resultó cierto fue lo de ser escritora, y encima, como hobby, porque en realidad de lo que siempre he vivido es de mi profesión de Geóloga.

Pero nunca dejé mi vocación literaria.

Mi primer “libro”lo escribí cuando tenía 5 años y estaba en lo que entonces se llamaba “primer grado superior” (el segundo grado de hoy). Porque además siempre fui ñoña, y empecé la escuela primaria- previa prueba de aptitud- con cuatro años, apenas cumplidos unos meses antes.   

Ese primer cuento versaba sobre unos pollitos a los que perseguía un espantapájaros. No recuerdo toda la narración, pero sí sé que en algún momento casi los pisaba el tranvía, ¡miren si será una antigüedad, el cuento!

El cuento era ilustrado, y ésa es la causa por la que los protagonistas eran pollitos, porque yo no sabía dibujar casi ninguna otra cosa.

El caso es que mis tías recortaron las páginas del cuaderno en que yo lo había escrito, siguiendo el tamaño de los cuadritos, y luego los cosieron prolijamente, “editando” así el único ejemplar de mi primer cuento, que se perdió en la noche de los tiempos, generando un irreparable daño a la historia de la literatura universal.

Después volví a publicar, pero esta vez en serio, a partir de los 17 años, y lo hice en revistas, diarios, y antologías aquí y en el extranjero, llegando a ganar alguno que otro premio y algunas distinciones.

Pero como libro propio, el primero fue un ensayo satírico titulado “Un dios para cada uno”, que si bien no fue un best seller, sino un “worst seller”, resultó muy leído en Alemania, porque le regalé un ejemplar a un amigo que se fue a Alemania y allí lo leyó varias veces, es decir que fue muy leído en Alemania. Y que por supuesto he ido subiendo en este mismo blog, en su primera versión.

Después vinieron un par de libros didácticos para una carrera de postitulación de la Universidad, donde fui docente, y mi libro de divulgación científica, que se distribuye en versión pdf y se titula:  Geología:ciencia, arte, especulación y aventura. Un libro que fiel a mi estilo, pretende ser divertido sin hacer sin embargo concesiones en materia de rigurosidad científica.

Y así, por estos serpenteantes caminos, vino a llegar mi libro “Mintiéndote al oído”, que es una selección de cuentos cortos, pero no para niños.

Y por fin llegamos al punto:

Mintiéndote al oído reúne 12 cuentos de diversas características.

Así, por ejemplo, Ana, y Nuestra extraña, son las historias de vidas como muchas, pero también muy singulares.

En La conjura,  El disidente y Heriberto Primero Elúnico, incursiono en un humor algo bizarro.

DX1024 requiere una mirada aguda para leer su verdadero mensaje, sin enredarse en lo que podría campear superficialmente en él.

Casi sin querer, El encuentro y A pesar de todo son historias de amor…o no.

Hora libre pretende pintar una quijotada en ciernes que…bueno vayan a leerlo.

Los túneles tiene un algo medio mágico o místico, en lo que por supuesto no creo.

Y por fin, El error de la distancia, es apenas un breve relato de una vivencia, una emoción de un momento y no más que eso.

Ahora ya queda en los lectores, reescribirlos en su mente a su manera.

Para adquirirlo o leerlo on line, hasta gratuitamente, deben seguir este link.

Un abrazo y hasta el próximo sábado.Graciela.


Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
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