Este blog tiene apenas quince días de nacido, razón por la cual, como ocurre siempre, los primeros visitantes han sido mis propios amigos, a los que he traído más o menos de los pelos (virtualmente, se entiende, pues fueron conminados vía mail a pasar por aquí) y pertenecen, por razones obvias, a la generación de semi analfabetos cibernéticos.
Por eso es que muchos de ellos me han enviado mails diciéndome que pasaron por el blog, pero no tienen ni idea de cómo interactuar desde él.
Entonces, queridas bestezuelas mías, paso a explicarles, ejerciendo una vez más la vocación por el apostolado docente que es uno de mis tantos defectos de fábrica.
Cúlpese de ello a la Clory, que me transmitió ese karma con el propio A.D.N., y que aparecerá más de una vez mencionada en estas páginas virtuales, porque era todo un personaje. Inolvidable, no sólo para mí, de muy particulares maneras.
Pero no quiero irme por las ramas, ella aparecerá en su debido momento. (Atención al detalle de sutil suspenso generado. Ahora los dejo preguntándose ¿cómo habrá sido la Clory?, ¿Qué era tan especial en ella?, ¿qué historias se develarán sobre la Clory? También puede ocurrir que el lector exclame: “¡¿y a mí qué m---- me importa la Clory?!”)
Pero el efecto ya se logró: de una u otra forma, he conseguido que mencionen a la Clory y ya la he instalado en su subconsciente =D (este símbolo, aclaro a los negados totales de Internet, que son la mayoría de mis amigos, es una sonrisa).
Vuelvo entonces a mi cruzada de educación cibernética y les explico, amados caballitos criollos, que si quieren subir un comentario para su publicación en el propio Blog, (el cual resultará potencialmente visible a todo otro lector), deben hacer click sobre la palabra comentario, lo que les abrirá una ventana en donde verán todos los comentarios ajenos, al pie de los cuales encontrarán un recuadro para insertar el propio. Si no hacen ese clic, los comentarios de otros y mis eventuales respuestas a esos comentarios no se ven, ni pueden ustedes escribir nada.
Si optan por echarse algún parrafito, abajo se les pedirá una firma de blogger (1) si están registrados como tales, (cosa que dudo, pues casi todos preguntaron ¿qué es un blog?) y si no, pueden usar el botón OTRO (2) y elegir entre firmar con su propio nombre o con un nick (pseudónimo) para mandar lo escrito.
Otra alternativa es mandarlo como ANÓNIMO, (3) usando el correspondiente botón. De todas maneras no se abusen porque los comentarios son moderados por mí y sólo con mi aprobación suben al cyberespacio. No piensen que ejerceré censura por la censura misma, sólo es precaución contra colados “chapita” que nunca faltan y contra SPAM que aquí también se cuelan.
Además les agrego que parte de la etiqueta blogger es dejar un guiño de reconocimiento para el dueño de la página, si quien la escribe lo conoce. Esto es así porque a un blog pueden llegar muchos desconocidos, pero los amigos pueden elegir llamarse “faisán creído” si quieren, pero dejarán pistas que permitan al blogger reconocer quién escribe.
Referencias tales como, “desde el geriátrico, cama 14” en el medio de un comentario, le indica al dueño del blog dónde se conocieron, por ejemplo. O “lo escribí después de andar afanando choclos por Corralito”, le dice al dueño de la página quién es ese faisán que interviene en el diálogo virtual.
Otra alternativa para tímidos irredentos pero con ganas de compartir lo que han leído, es hacer click en el sobrecito, y así generar un mail que pueden enviar a quien quieran con el contenido del post (texto) original, sin sus comentarios adjuntos.
Una cursilería cualquiera que incluya una declaración de amor puede romper muchas barreras, si uno la reenvía a esa persona especial que no le da ni la hora, bajo el encabezado: “leí esto y me acordé de vos”. De ahí en más, lo que pase es puramente responsabilidad de cada cual. El blog no acepta reclamos ni devoluciones (sobre todo esto último)
A lo largo de estas líneas habrán visto además, algunos links, son las invitaciones a visitar algo que el firmante considera pertinente y también interesante.
Bueno, los que sabían bloguear deben estar odiándome, pero los que no, ya tienen algo que agradecerme, ya que el saber no ocupa lugar, y a veces hasta sirve para algo.
Advertencia final: la blogomanía es adictiva, pero a diferencia de otras adicciones, no engorda, no produce cáncer, no está prohibida por la ley, todavía no fue censurada por la Iglesia, es bastante barata y no se han registrado crímenes relacionados con su abuso.
Además, como el que avisa no traiciona, me libero de toda culpa al respecto, y los despido hasta la próxima. Chuick (‘0’) Ése es un besito, Graciela
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque tiene protección de propiedad intelectual
4 comentarios:
Me encantó tu relato de los cumples a los que fuiste.
Siendo la responsable del Tea Party, te cuento que para mí fue algo más que un festejo. Me hizo muy feliz tener tantas amigas reunidas. Las quiero mucho a todas y de cada una admiro una o varias cualidades.
Te acuerdas de cuando yo quería formar un Club, exclusivamente de mujeres, al cual pudieramos asistir para apoyarnos, divertirnos y fortalecer de paso la autoestima. Bueno, ese día sentí que de esa manera, quizás, podía comenzar a concretar mi sueño.
Un beso, sos una genia, intelectualmente hablando.
Hola, Silvina, debo decirte que has obtenido el galardón de ser la primera visitante de mi generación que se ha atrevido a dejar un comentario.Hasta ahora sólo gente muy joven había entrado a comentar. En conclusión, te has constituido en pendex honoris causa.
Luego, debo aclarar que yo sigo insistiendo en que los clubes mixtos son más entretenidos.
Y por fin, despejame una duda, ¿en qué sentido no soy una genia? Yo creía que no había otra forma que la intelectual para serlo.
Besote Graciela
Sí que hay más formas que la intelectual para la genialidad...
Acaso no se dice que "El Diego" fue un genio del fulbo, o Magic Johnson un genio del basquet, o Simbad un genio enlatado?
Ninguno de los tres es Einstein, no?
Pulpo, una vez más, sacándome de la ignorancia. La verdad es que me tenés de hija.
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