Los que aquí verán, pueden ser considerados mis primeros pasos en la publicación literaria, aunque hoy me parecen más bien los primeros tumbos…Pero bueno es lo que hay. (Notarán que no he puesto ninguna coma. No estoy diciendo : bueno, es lo que hay, sino precisamente : bueno es lo que hay, si no hay, no es bueno)
Sólo los presento por su valor de reliquia histórica, y me atrevo a hacerlo, sobre todo porque habiendo pasado tanto tiempo, se beneficiaron ya con la prescripción que establece la ley, y no puedo ser condenada ahora. Con ellos inauguro la etiqueta Confesiones para el prontuario. Lo que en mi descargo puedo alegar, es que si hoy parecen ingenuos se debe a:
1 Soy ingenua,… pero simpática.
2 Hace más de 35 años atrás, era adolescente y todavía más ingenua
3 Ésa era además, una época (1969-1970) aún más ingenua, por la voluntad o por la fuerza.
4 La revista estaba dirigida a adolescentes, y encima católicos (hasta eso fui, agréguese a mi prontuario) en una época en que las voces disidentes eran reprimidas por la dictadura de Onganía, de modo que por la pretensión cuasi critica de la Hormiga, sólo se publicaron las tiras más inocuas, que además eran las más sosas.
5 Como un modo de aliviar el sobresalto de los lectores, puedo aclarar que todavía conservo algunos bosquejos inéditos de algunas entregas no tan ingenuas, que permanecieron en mi poder y que tal vez me atreva también a publicar aquí. Total, ¡ya les endilgué los peores!
Escaneo a continuación la tapa de la revista, que se llamaba Cristina, con perdón de la palabra y que incluía una sección, que a su vez se denominaba El Diario de Geraldine donde se incluyeron estos dibujos.
Los que siguen son los dos primeros intentos, y el comentario correspondiente realizado por la revista,
A continuación les presento dos ilustraciones que recibí como remuneración por todas las contribuciones publicadas.
En su momento, esos obsequios me hicieron sentir como una escritora profesional, pero no los enmarqué ni los colgué, porque los dibujitos me parecieron muy cursis. Hoy estoy pensando seriamente en hacerlo, exactamente por la misma razón.
La historia de cómo todo este material está ahora en mi poder, después de tantos años y tras tres caóticas mudanzas, merece ser compartida:
Cuando me casé, quedaron en la casa de la Clory, y al pasar los años -cuando yo todavía vivía con mi marido e hijos en aquella pequeña casita (la segunda que alquilamos antes de ser propio otarios, al decir de Silvina, mi amiga, no la Hormiga) que nos ajustaba la cintura y nos tiraba de sisa-ella traía las cosas mías que encontraba en su casa, de 600 metros cuadrados, porque le ocupaban lugar.
Nunca sabré si era un mimo encubierto o una afrenta, pero lo agradezco, cualquiera haya sido el caso, porque hoy están conmigo cosas que de otra manera habría perdido para siempre.
La moraleja que puede sacarse es que la vida siempre nos deslumbra, siendo dos veces sabia: una vez porque elabora caminos increíbles, y la otra, porque nos mantiene en la ignorancia sobre los mismos, hasta que los revela en el momento oportuno con todo su esplendor.
De esta convicción procede gran parte del optimismo que no me abandona, y muchos amigos llaman de otra forma, que no recuerdo bien, pero que si no me equivoco, comienza con bol y termina con dez.
Buen fin de semana, y pórtense bien…si no les queda más remedio.
P.S.: en la firma que usé iban mis iniciales completas Graciela Leonor Argüello Monzini, pero si se fijan, también se puede leer GLAM como apócope de GLAMOUR...jejeje
4 comentarios:
La hormiga Silvina que parentesco tiene con los viandantitos?
Llegará la hormiga viandante?
Habrá un cruce del Lobo, botas y Erasmo por el hormiguero?
Todo esto y mucho más en mis dudas sobre los personajes de historietas :P
Supongo que la Hormiga es una especie de tía de los viandantitos, y habrá que hacer tratativas con el Pulpo, para alguna reunión familiar plopiana- De todos modos, lo notable es cómo siempre aparece una y otra vez el hilo conductor de ADN, como le había llamado Rosarina, pensá que estos dibujos tienen casi cuarenta años, y Guille ni los conocía, cuando incursionó en los viandantitos. Sabía que existían por mis comentarios, pero nunca los vio. La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida...
A mí se me da por escribir. Desde la primaria lo hago. Y me da ternura encontrar las cosas que escribía en aquella época. Hasta me sorprendo cuando leo cartas que le escribí a mi familia y encuentro ese humor ácido e inteligente que me gusta llevar a cuestas.
Me han dado muchas, muchas ganas de recuperar mis escritos infantiles y juveniles. Guardarlos como tesoros para descubrirme cada vez que me haga falta.
Besos, Mamá Pulpa. Nos vemos el sábado!!
Gurisa, es por esas ganas de redescubrir historias y sensaciones de muchos años atrás, que he generado la etiqueta "Confesiones para el prontuario".
Y cada escrito recrea todo su contexto: es un juego divertido pasear por ellos, sin nostalgias ni lamentaciones, porque todas esas vivencias dejaron un sedimento fértil para posteriores emociones. Besos, espero poder ir el sábado.
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