Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 17 de julio de 2010

Un año más, y van tres ya.


Otra vez , el pasado 14 de julio, el blog cumplió años.

Y eso me recuerda que cuando empecé, a instancias del Pulpo, él, que ya tenía su Atención Viandante, un blog de mucha convocatoria, se negó a linkear mi recién nacido blogcito hasta que demostrara alguna capacidad para mantenerlo vigente, para lo cual me puso la exigencia de escribir 10 posts antes de incluirme en su blogroll.

¡¡¡Y miren si le puse la tapa!!! Tres años a un post semanal como mínimo, no es moco de pavo.
Aunque debo asumir que es un blog mínimo, que no alcanzó el crecimiento de mi blog profesional, en buena medida porque insisto en que permanezca tal como lo concebí: así artesanal, rústico, a contrapelo de todas las opciones marketineras.

Tan parecido a mí que ya es una desgracia.

Un blog donde me reservo el derecho de admisión, y el primero al que no admito es al éxito. Acá somos cuatro gatos, pero podemos mostrarnos como somos, sin remilgos ni pretensiones.

Por eso traigo tantos retazos de mi propia historia, y sigo incorporando adoptables, aunque ambas cosas sean un atentado contra el posicionamiento del blog.

Y por eso mismo lo quiero tanto, porque aquí reino de la manera más absoluta, haciendo todo lo bloguerilmente incorrecto, y siendo la exacta rara avis que soy por todos los caminos de la vida.

Y por eso, a los cinco o seis locos que se atreven a reconocerse como visitas habituales, les agradezco, y los invito con la torta que encabeza este post.


Tamy, les recuerdo, espera por una familia, y para mí sería el mejor de los regalos que la consiguiera. Un beso Graciela.

Un abrazo y hasta el próximo sábado. Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

9 comentarios:

Dayana dijo...

¿Qué tiene de malo que sean 4 gatos? Yo insisto con gatizar a mi suegra como hice con el hijo :D

Para mi el éxito es hacer lo que a uno le gusta, así que este es un blog exitoso!

Y el blog de geología es el famosito y con miles de visitas, pero nació (o creció, mejor dicho)con ese objetivo, no?

Que tu hijo se trague sus palabras después de actualizar cuatro posts por semana, que es mucho más de lo que él hace actualmente con Atención Viandante.

Este finde tendremos que comer torta en honor al blog.

Graciela L Arguello dijo...

Gracias , Dayana, que vos digas que éste es un blog exitoso, en lugar de retarme por hacer todo lo bloguerilmente incorrecto, es el mejor cumplido, y por completo inesperado. Un beso Graciela

Gurisa dijo...

Felicidades, tía!! Y como estoy a dieta, te cedo mi porción de torta que sé que no vas a decir que no :)

Anónimo dijo...

Al demonio el éxito.Eso a veces dura un suspiro.Aquello que está hecho con amor,perdura.Mirame a mi,después de varios problemas con mi página,comenzé una nueva.http://elblogderumbofijo.blogspot.com
Aquí,el cariño se palpa.Es por eso que te visitamos amiga.Un besote.

Graciela L Arguello dijo...

Guri y rumbofijo Se agradecen las palabras a ambos, con mención especial a la altruista cesión de torta por parte de mi "sobrina" virtual. Un beso Graciela

Anónimo dijo...

Feliz día del amigo.

Graciela L Arguello dijo...

Gracias, rumbofijo, lo mismo te deseo a vos. Un beso Graciela

Carlos Alberto dijo...

¡¡¡Felicidades!!!

¡Y gracias por la torta! ¡Mmm! Me encanta la crema.

Sí, los años pasan volando. Yo también voy camino al tercer año. Me pregunto cuántos años tendrá el blog más antiguo. Vaya uno a saber.

Pobre Tamy, ¿será posible que nadie la quiera?

Te cuento que yo estoy criando a dos gatas.

Hace cuatro semanas, más o menos, cuando estaba ingresando en el edificio donde vivo, vi en la cochera a dos gatitas empapadas de lluvia llamando a su mamá ¡¡con desesperación!! ¡¡Cómo gritaban!! ¡¡Cómo maullaban!! Sí, Graciela, estaban mojadas, hambrientas y con frío.

Era la primera vez que las veía. Sin pensarlo dos veces, las levanté, las llevé a mi departamento, las sequé y les di de comer. Aunque intenté regresarlas a su madre esa misma noche, no tuve éxito.

A la mañana siguiente vi una gata. Pensé que podía ser la madre. Dejé a las gatitas en el pasto del jardín y me alejé. Cuando maullaron, la gata se acercó. Pensé con alivio que al fin había encontrado a la madre. Incluso la gata me miró y maulló. Yo interpreté que me estaba dando las gracias por devolverles a sus hijas.

Me fui a hacer compras. Una hora después, cuando estaba de regreso y caminando por el jardín del edificio, vi que… ¡las cachorritas me estaban esperando! Incluso una de ellas vino a mi encuentro en cuanto me vio.

(El portero del fin de semana me contó que intentaron ingresar en el edificio mientras yo no estaba.)

Ahora somos tres en el departamento, Blanquita, Negrita y yo. ¡Jajaja!

Nota: ¡¡¡Qué traviesas que son!!!

Que estés bien. Saludos.

Graciela L Arguello dijo...

Hola, Carlos Alberto , soy yo quien debe felicitarte por la adopción doble. Un gran beso, Graciela