Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 28 de mayo de 2011

"O lo recibís o lo tiro a la calle"






Los que llevamos algún tiempo intentando cambiar la calidad de vida de los hermanitos peludos y sin voz, con los que compartimos el espacio, aun pese a la humana resistencia a asumir que ellos tienen derechos propios, nos encontramos muchas veces ante situaciones que nos causan total indignación.

A una de esas situaciones quiero referirme hoy. Y digo una, porque hay mil cosas más que nos rebelan. Pero iremos por partes.

El tema de hoy es ese chantaje emocional de los que nos llaman exigiendo que consigamos un hogar para sus mascotas, o “si no, tengo que dejarlo/a en la calle”.

Esa gente cae en una o más de las siguientes categorías:

Irresponsables.

Insensibles.

Cómodos.

Ignorantes.


Perversos.

Y más probablemente, en todas, o en una que las abarca: Indeseables.
Porque hay que ser muy irresponsable para hacerse cargo de una vida, y al cabo de un tiempo cambiar de idea, o decir, “bueno, ya me cansé”.

¿Harán lo mismo con sus hijos? ¿O con sus mayores? ¿Le pondrán fecha de vencimiento a su cariño y a su responsabilidad como padres, hijos, cónyuges, etc.?

Casi seguramente sí. Quien puede abandonar a su mascota puede abandonar a cualquier necesitado.

Lo bueno es que también está sembrando lo que tarde o temprano le tocará cosechar. De eso no hay la menor duda. La vida es muy equitativa, y le termina dando a todos su exacto merecido.

También les cabe el rótulo de insensibles, porque sólo quien carece de toda sensibilidad puede volver la espalda a un animalito que lo mirará con asombro, y tal vez correrá tras ese ser humano en el que confió, con anhelante premura y creciente desesperación. O se sentará ante una puerta cerrada, sin entender el por qué de tan inmerecido exilio.

Cómodos. Es también una opción. Porque el amor es entrega, y un animalito la exige, pero la retribuye con creces. Claro que es más fácil “tirar” a un ser que no puede recordarnos sus derechos a viva voz, que buscarle una guardería antes de un viaje, o atenderlo en una emergencia médica, después de un accidente, o una preñez indeseada.

Sí es más cómodo, pero en ese caso, cómodo es sinónimo de inmoral, no lo olviden.

Pero hay también gente ignorante, que asegura que los perros “se las arreglan solos en la calle”

Eso es una excusa también inaceptable, ya que un animalito criado en un hogar humano, no está ni remotamente preparado para defenderse en la calle.

No es lo mismo que aquél que ha nacido allí, y si ha llegado a ser adulto, es porque aprendió desde que vio la luz, todas las reglas y estrategias de supervivencia imprescindibles.

El que ha sido mascota hogareña no sabe cómo reconocer las jerarquías en las jaurías callejeras, ni cómo alimentarse por sí mismo, ni sabe defender su pan, su territorio o su integridad. No sabe siquiera cruzar una calle sin riesgo.

La ignorancia de estas básicas verdades condena a miles de perros abandonados por sus negligentes familias a la más miserable de las vidas, y la más cruenta de las muertes. Ningún “dueño” de mascota tiene derecho a esa ignorancia asesina.

Y todo lo dicho, se resume en la palabra final: perverso. Sólo alguien muy perverso puede exponer a un ser que crió alguna vez con cierto mimo, a un cambio brutal, para el cual no hay excusas.

Si tu compromiso no alcanza a cubrir TODOS los años de vida potencial de una mascota, no te hagas cargo de ella. Y mucho menos, andes envenenando la vida de los que sí tenemos corazón, con tus chantajes emocionales.

No te asiste ningún derecho a decirnos “O le conseguís casa o lo tiro a la calle”

Pero si lo hacés, te advierto que no te desearemos el mal. Alcanza con que te deseemos simplemente lo que te merecés. Y la vida va a dártelo. No te quepa la menor duda.

Por suerte, hay no obstante, otra clase de gente que sí merece la felicidad y la devoción de un perro, y a ellos los invito a adoptar a Silvia, esa gorda tierna de la foto. (Y sí, ahora está más gorda) No me fallen por favor. Necesitamos una caricia en el alma después de tantas bofetadas.

Un abrazo. Graciela

De paso, la foto que ilustra el post es de Cachamai, otro ADT de SALVAR que se ha colado para pedir por una familia. Es grande, guardián y cariñoso, infinitamente mejor que muchas personas.

P.S.: Les traigo una noticia de último momento, ¿se acuerdan de Negrita, la anterior ADT del blog? (por las dudas les incluyo de nuevo su foto), ¡¡¡pues ya tiene una familia!!!


Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?

P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

2 comentarios:

Terox dijo...

Tenés toda la razón, es indigante esa actitud... esa gente es sencillamente despreciable...

Y por otro lado, qué bueno que la Negra haya conseguido un hogar... como quién dice, una de cal...

Graciela L Arguello dijo...

Y no sólo la Negrita, Terox, por suerte hubo varios adoptados más en el refugio, pero como a la Negrita ustedes la conocen, no podía menos que contarles.
Lo bueno de la red es que tenemos más difusión que nunca, todos los grupos proteccionistas, y la tarea de conseguir adopciones se fortalece.
Un beso Graciela