
Ya les he contado muchas veces que la Clory, mi madre, era una docente excepcional, y además una purista del idioma, de modo que ya podrán imaginarse el estado en el que llegó una mañana a casa, cuando yo era todavía una niña, después de pasar por la experiencia que paso a narrarles:
Según ella misma lo contó, había ido al banco a cobrar su sueldo un día particularmente agitado en la institución, y parece ser que estando ya el banco abarrotado, las maestras pugnaban por entrar, lo que provocó la intervención de un agente policial que intentaba contener la avalancha.
Y el buen hombre lo hacía, extendiendo sus brazos a los lados, y empujando a las docentes, mientras gritaba a voz en cuello:
-"¡Maver, madestras, reculen patrás!!!!"
¿Pueden imaginar el estado de conmoción en que llegó a casa mi madre, después del aluvión de agravios que paso a enumerar?
- El comportamiento de sus colegas, absolutamente inexcusable, en quienes debían ser "modelos de la comunidad".
- La falta de respeto de la autoridad policial, que se atrevió a increpar a gritos a los pilares de la sociedad.
- El abominable uso, abuso, destrucción y denigración del idioma que debió presenciar.
No creo poder recordar otra situación en que haya atestiguado tanta sagrada indignación en mi inefable mamá.
Y para que no me hagan enojar en igual medida, ya deberían estar pensando en conseguir un hogar para Malvina, que prefiere callar antes que destrozar el castellano.
Un abrazo y nos vemos el próximo sábado. Graciela.
P.S.: La imagen que ilustra el post es de este sitio.
2 comentarios:
Colapso total para tu señora madre y Malvina una belleza
Saludos
Así es, Roy , todavía recuerdo la santa indignación con que nos contó la anecdota que a mí me causó mucha gracia, pese a todo su enojo. Un beso, Graciela
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