Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 24 de junio de 2017

Brevemente



Como ya saben ustedes, cuando el tiempo es escaso, porque siempre estoy enredada en cincuenta mil actividades y compromisos, les dejo uno de mis nanocuentos, que deben comprender exactamente seis palabras, ni una más ni una menos.

FINGIR.

¿Seguirán mintiendo o volverán a amarse? 

Quien nunca va a fingir es Lautaro, que si es adoptado amará del modo más sincero a su salvador.
Un abrazo y hasta el próximo sábado. Graciela.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito callejero o rescatado de alguna fea situación.
Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.
 

3 comentarios:

Daniel Saravia dijo...

Me hace acordar a una de mis tantas mascotas que tuve en mi vida, Dingo. En mi casa traíamos todas las mascotas con sarna, hambre y golpeados, y los curábamos y quedaban en casa algunos. Otros dábamos en adopción. Mi viejo decía: "a las mascotas hay que CUIDARLAS. No es sólo darles de comer. No hay que subestimarlas. No se puede pretender que no SIENTEN. Que no expresan CARIÑO hacia nosotros. Y yo sufrí bastante para encariñarme de nuevo y no puedo CUIDARLOS si uds no ayudan". Cuando Dingo murió por Parva Virus, mi viejo me miró con ganas de decirme TE LO DIJE. Pero no lo dijo al final.

Graciela L Arguello dijo...

Así es Daniel , el amor debe ir acompañado de los cuidados y prevenciones. Después de una muerte por parvo virus, por lo menos en un año no se puede tener otra mascota, porque el virus permanece en la casa por ese tiempo. Un abrazo Graciela.

Daniel Saravia dijo...

Así es Graciela. A un costo muy grande me di cuenta de lo que me enseñaba mi viejo. Era pibe y quería creer que los peligros a los que estábamos expuestos y que me advertía mi viejo, no eran verdad. Estaba en una dimensión distinta a la realidad mi pensamiento en ese entonces.