El 4 de agosto, a Elvira Inés, mi Layka, le crecieron sus alas de angelito, y voló a reunirse con Federico Alfonso, Rolf; el largamente extrañado.
Han pasado varios días y recién puedo hoy sentarme a escribirle un adiós, sin desmoronarme por completo.
Pero más que un beso y mis lágrimas, todavía nada puedo dedicarle.
Pasará un tiempo hasta que pueda contar su historia, Todo duele demasiado todavía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario