Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

viernes, 12 de diciembre de 2008

LOS NIÑOS Y LOS LOCOS

Hace más de veinticinco años, cuando el Pulpo no había nacido, y el Cuervo tenía un par de añitos apenas, tomamos unas vacaciones serranas que se auto definían según pasaban los días. 
Con esto quiero decir que teníamos cargado nuestro fitito con una heladera llena de provisiones, y viajábamos a donde el cuerpo nos mandaba, hasta encontrar un lugar que nos atrajera como para pasar el día, generalmente metidos en un arroyo o río acogedor y tranquilo. 
Al caer la tarde buscábamos un alojamiento para pasar una o dos noches, y partir al día siguiente en busca de otros lugares. Fueron unas maravillosas vacaciones, vagando a nuestro antojo, pero algunas de las anécdotas resultaron inolvidables. Acá les cuento una. 
Una de esas tardecitas en el río, le comenté al doctor, en alusión a las provisiones no perecederas que teníamos para nuestros cotidianos picnics ribereños: 
-Tenemos que comprar de todo, porque ya no tenemos qué comer. 
-Bueno, después de buscar hotel, vamos- contestó él y seguimos holgazaneando y jugando con el Cuervito en el río. A la noche, elegimos un hermoso hotel, y mientras descargábamos el auto, el Cuervo se acercó a una pareja mayor que tomaba mate junto a la pileta, y que le convidó con unas galletitas. 
Entonces, él, desde sus responsables y solidarios dos añitos les dijo:
-¿No tendrán unas galletitas para mis papás? ¡Porque no tenemos qué comer! 
Acá vendría el ¡plop! de las historietas, con los personajes cayendo patas arriba, si no hubiera sido en la vida real. Por algo dicen que los niños y los locos son bombas de tiempo. ¡En cualquier momento hacen de las suyas! 
La foto que ven no es de esas vacaciones, porque el Cuervo me mata si subo imágenes suyas a la red, aunque ya lo he hecho con anterioridad a su expresa prohibición. 
Volviendo a la foto, es de Mina Clavero, en Córdoba, en una zona próxima al balneario de los Elefantes, y resulta toda una invitación al turismo ¿o no? Tampoco la piscina es la de la anécdota, pero ilustra muy bien el tema ¿verdad? ¿o no les dan unas ganas bárbaras de ir a zambullirse ya mismo? Bueno, ahora, mientras seguimos esperando la resolución respecto a Barti, vayan nomás a comer galletitas junto a la pileta de la foto hasta el próximo sábado, cuando veré con qué los sorprendo. 

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea? Graciela.
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

todo muy jipi, no?

Graciela L Arguello dijo...

Hola Me drogo y vengo, no sé en realidad qué significa jipi, pero lo acepto de todos modos. ¿Es acaso como una castellanización de hippie? Espero que me lo aclares algún día. Bienvenido al blog. saludos Graciela

Anónimo dijo...

JIpisimo. encantador.
Diego Aler Peña

Graciela L Arguello dijo...

Diego Bienvenido al blog. ¿Jipísimo es sinónimo de encantador, entonces?
Saludos y gracias. Graciela

Anónimo dijo...

jajaja sí, era una castellanización de hippie. colgué.

Graciela L Arguello dijo...

Hola , Me drogo y vengo , ya de por sí, me parece extraño, charlar con el nombre que has elegido, pero además con intervalos de un mes en el diálogo... Já esto sí que es loco. Gracias por pasar, saludos Graciela