Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 26 de septiembre de 2009

OTRA VEZ BUSCANDO ESE DIOS

Como bien saben los lectores recurrentes de este blog, estoy subiendo lentamente mi libro Un dios para cada uno, que se publicó por allá por 1991, convirtiéndose rápidamente en un worst seller. 

En la etiqueta homónima, pueden leer desde abajo hacia arriba, según lo dispone el sistema de los blogs, todos los temas anteriores, a saber: una breve explicación de su historia,el discurso que leí en la presentación, su portada y sus dedicatorias, el prólogo, la Introducción, la advertencia inicial y el Capítulo 1. Mi recomendación es que lean todo eso antes de empezar con este segundo capítulo, pero si no lo hacen, no hay problema, porque se entiende en sí mismo sin dificultad. 

Capítulo 2 

El dios de los fieles de la Catedral al mediodía

Este dios bien, ha bajado algún peldaño desde la suprema elitización de mi tía Finita, y ha perdido algo de su individualismo. Es un dios más sociable, menos regio, y más mundano. 

Un Dios que se comparte entre más gente. Mientras el dios de Finita tiene un carácter sin claroscuros, con la linealidad de su adoradora, este dios de los fieles catedralicios, por conformar a muchos, tiene algo de volubilidad, y algunas contradicciones. 

Es un dios casamentero, ya que muchas niñas bien, dedican su tiempo a lanzar miradas lánguidas hacia los cadetes, por ejemplo, o hacia alguno que otro estudiante que quiere asegurarse una influencia poderosa en vísperas de examen, para lo cual se acerca a rezar piadosamente, incluyendo entre las plegarias la explícita solicitud del listado de las bolillas que no deben salir en la prueba que se aproxima. 

Es éste un dios chismoso pero solemne, que si bien nuclea a gran cantidad de damas, tan impiadosos para con sus semejantes, como pías para con Dios, que aprovechan el antes y después (algunas hasta el durante) de la misa para pasar el parte de las enfermedades, muertes, casamientos y pecados (sobre todo los pecados) de las personas de su conocimiento; por otra parte no cae en el cotorreo vecinal de las clases postergadas, pues no son ellas de hábitos catedralicios.

Por eso, repito no se trata de un dios meramente chismoso, sino de un rumoreador sobrio y pomposo. Es un dios, además elegante, muy preocupado por la moda y la indumentaria, lo que se comprueba en el desfile de ropas costosas y sofisticadas, que se observa al mediodía dominguero en el atrio principal. Casi podría pensarse que este dios es peletero o accionista de las joyerías. Es un dios para lucirse. 

Y con la actitud que ya señaláramos en este dios, puede apreciarse una veta mercantilista o dadivosa, según la punta desde la que se mire, cuando de mendigos, vendedores de flores y traficantes de medallas y estampitas se trata. 

Y es también un dios festivo archipaquete, ya que bautismos, comuniones y bodas de catedral al mediodía son sin duda de la más alta alcurnia, y más indubitable categoría. Bodas que huelen a posteriores almuerzos en jardines. Bautizos con premoniciones de asado ubérrimo. Comuniones que presagian largas horas de jolgorio infantil seguido de adulta celebración.

Este Dios, es en resumen, comerciante y comilón, chismoso y casamentero; pero todo dentro de la clase A o B+, como mínimo. Pulcro y aliñado, algo más compartido, y algo menos monolítico que el anterior, sin dejar por ello de ser un DIOS BIEN para gente ídem.


Bueno, niños hasta aquí el capítulo prometido, ahora prométanme ustedes que harán lobby para la adopción de Cleopatra, que ya está dejando el puesto de ADT, con tan poco éxito como Panchita ¡Caramba! ¡¡¡Que no se diga que los cordobeses no somos solidarios!!!! 



Un abrazo y hasta el próximo sábado. Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea? Graciela.
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

10 comentarios:

Terox dijo...

Caray, mínimo te excomulgaron por 3 meses tras la publicación de ese libro... derechito al Index Librorum Prohibitorum.

Ojalá Cleo encuentre un hogar pronto... aunque no tenga su Marco Antonio...

Pan Casero dijo...

Me acordé de la película «Gente como uno», de Robert Redford. Que, en realidad, se llamaba «Gente ordinaria» o (mejor traducido) «Gente común». Pero la clase paqueta de Buenos Aires se enamoró perdidamente del primer título y de ahí no salió nunca más. Del argumento… no entendieron ni jota. ¡Jajaja!

Carlos Alberto dijo...

Entre todos los dioses posibles, Graciela, yo me quedo con la Gran Diosa, esa mujer todopoderosa que, hacia el siglo tercero antes de Cristo, empezó a ser destronada por los dioses masculinos. Y, qué lástima, ya nadie se acuerda de ella.

Saludos.

Mamerto dijo...

Yo me quedo con el dios festivo archipaquete. Ta’buenísimo, está.

¡Buen fin de semana, señora Graciela! ¡Y que todos los dioses la bendigan!

Susana Vera-Cruz dijo...

Me pareciò muy inteligente tu texto Graciela.

Para mi, sòlo hay un Dios, el que conozco , que me viò nacer y el que me acompaña. Es imposible para mi darle otra connotaciòn, porque para mi hay uno solo.

Ese humilde pero grandioso en amor; ese serio, pero justo en sus decisiones.

Ese que ama sin esperar nada.

Làstima que muchos tengan incluso "varios dioses" segùn sus intereses y es ahi donde me pregunto ¿cuàl de ellos es el que lo hace màs humano?
Acaso , existe en sus conceptos?


De corazòn espero que Cleo no se quede como Panchita, pues ambas angelitas merecen el cielo.
Tengamos fe!

Un besote inmenso amiga querida y que tengas un descansado fin de semana.

Agualuna

Graciela L Arguello dijo...

Terox ¿tres meses no será poco? Cleo agradece tus buenas ondas.

Pan Casero Bienvenido al blog, y sí, es tal cual: un dios para gente como uno.

Carlos Alberto Me dejaste pensando en la diosa, me parece que amerita algún post, por fuera del libro.

Mamerto Bienvenido al blog, y concordamos en la preferencia por los festejos archipaquetes, aunque quedemos más desubicados que chancleta sobre el piano.

Agualuna De a poco vas a ver aparecer el dios en el que me gustaría poder creer, si no me aquejara la manía analítica. Creeme que envidio tu fe, pero me despreciaría a mí misma si la fingiera sin sentirla, sólo para conseguir mayor aceptación social.

En lo que sí creo es en el valor de los sentimientos nobles, y por eso sé que tus buenos deseos para Cleo y Panchita, pueden obrar sus propios milagros.

Un beso a todos. Graciela

Anónimo dijo...

Creo que Dios es tan infinitamente sabio que nos dió la oportunidad de sentirlo a cada uno de forma distinta.Recuerdo a un sacerdote de mi infancia que le decía a mi familia en mi pueblo,miren a todos aquellos que van para misa,toda la semana se cansaron de jorobar a alguno y hoy domingo van a buscar el perdón para empezar la semana igual.Creo que Dios está en el perrito que nos alegra la vida,en la risa de un niño,en la sabiduría de los ancianos ó en las lágrimas del que sufre.Si muchos dejáramos de ver y nos pusiéramos a mirar,lo encontraríamos.Me gustó tu escrito.Un beso.

Graciela L Arguello dijo...

rumbofijo Bueno, si seguís leyendo los capítulos que iré subiendo de ese mismo libro (Un dios para cada uno) vas a ver que algo en mi discurso se parece a lo que te dijo ese cura. Y aun sin llamarla dios, esa vida que ves en todos los seres que mencionas sí que merece ser reverenciada.
Tu aporte me ha recordado un viejo escrito mío de plena adolescencia que ya me pongo a buscar para subirlo en algún próximo post.
Un beso y gracias por tu comentario Graciela

AVELLANEDA dijo...

¡Qué gran libro, Graciela! Sabes, me gusta volver a disfrutarlo así, a poquitos. Como si apareciera y lo leyera por primera vez, con la sorpresa y la sonrisa que djé entre sus líneas, que son estas pero son distintas.
Un abrazo querida Graciela

Graciela L Arguello dijo...

Gracias por tus palabras Avellaneda Un beso Graciela