Para pensar un poco

Los que me conocen, ya saben que soy un caso irredimible de personalidades múltiples, razón por la cual siempre estoy peleando diversas batallas en numerosos frentes.

Una de esas batallas es el proteccionismo y la causa de los derechos de los animales. Y de eso vengo a contarles hoy una pequeña historia con numerosas moralejas.

Esta historia comienza hace un par de meses cuando empezaron a llegar a mi correo electrónico, desesperados pedidos de ayuda desde México, en los que se denunciaban prácticas crueles e innecesarias, de las que se hacía víctimas a cientos de perros con la triste excusa de entrenar a estudiantes de Medicina de la Universidad de Guadalajara.

Por supuesto, me sumé de inmediato a la difusión del tema, y firmé petitorios on line, solicitando la suspensión de tan injustificadas crueldades.

Pero nada parecía hacer mella en las autoridades de esa Alta Casa de Estudios, y los doloridos reclamos de proteccionistas mexicanos seguían llegando.

Se organizaron marchas y eventos on line, pero las autoridades universitarias, lejos de sensibilizarse, comenzaron un contraataque mediático con carteles como el que reproduzco más abajo, a cuyo texto específicamente respondí en una carta electrónica, enviada a tantas direcciones de funcionarios mexicanos como mis compañeros proteccionistas de ese país pusieron a disposición del mundo virtual.

El texto de mi carta es el que cito textualmente a continuación:

A los Sres Directivos y Profesores de la Universidad de Guadalajara:

En respuesta a su campaña de propaganda, inserta más abajo, (aclaro ahora que en la nota, el volante que aquí puse arriba, en ella estaba más abajo) les respondo que precisamente por la crueldad, además de la inutilidad de los métodos que emplean para "practicar" los estudiantes de medicina de esa Facultad, YO NO PONDRÍA JAMÁS UN SER QUERIDO EN SUS MANOS.

Porque quien no siente respeto por la vida de un ser sensible, noble e inteligente como es un perro, no da ninguna garantía de tratar a un paciente humano con el respeto que merece.

Las "metodologías didácticas" que ustedes emplean y defienden son ineficaces, obsoletas, innecesariamente crueles, y carecen de sustento teórico, razón por la cual ya han sido hace mucho tiempo, erradicadas de las universidades del mundo entero.

Existen métodos de simulación en computadoras, que son empleados sin costo en vidas, y con muy superiores resultados docentes, porque además incluyen el costado moral y ético que se debe inculcar a todo profesional universitario.

No hacerlo es generar no sólo un mal profesional, sino además un ser humano incompleto, mutilado en su conciencia moral y su sensibilidad.

Veamos a modo de ejemplo, cómo los pilotos de aerolíneas se entrenan con simuladores de vuelo.

A nadie se le ocurriría poner un avión que vale millones de dólares en manos de un aprendiz.

Y ahora cabe preguntarse: ¿consideran por ventura los médicos y futuros médicos de esa universidad que UNA VIDA DE UN SER TAN EVOLUCIONADO Y TAN NOBLE COMO UN PERRO vale menos que el montón de aluminio y tecnología que constituye un avión?

Si es así, la situación de esos estudiantes es aún más grave de lo que yo misma pensaba, porque están en manos de personas cuyos valores están completamente tergiversados, en lugar de ser los modelos de conciencia que se espera sean los docentes universitarios.

Y veamos algo no menos importante: las anatomías y fisiologías caninas y humanas SON DIFERENTES, de modo que ni siquiera sirven esos aprendizajes.

Ahora bien, si los profesores no se dan cuenta de esas diferencias, hemos tocado fondo de manera absoluta, y hasta corremos el riesgo de que un futuro cirujano se desoriente en una operación de columna porque no podrá encontrar el apéndice caudal que veía en sus prácticas, por dar un ejemplo burdo pero claro.

Señores responsables de estos abusos contra los Derechos de los Animales, consagrados en las normativas internacionales, tengan presente que el mundo entero los observa con estupor, y repudia sus metodologías.

Yo les escribo desde Córdoba, Argentina, y estoy difundiendo hacia todos los rumbos, para que puedan acompañar este reclamo todos los ciudadanos con empatía y sensibilidad, que afortunadamente son millones en el orbe.

Con respeto y amablemente, me despido de ustedes, esperando que reviertan una situación que causa escándalo en el Siglo XXI, cuando los espacios virtuales acortan las distancias, y hacen innecesarias las experimentaciones con seres vivos.

Pasadas un par de semanas desde el envío, mi protesta, entre otras, parece haber dado algún fruto (tal como pasó antes fuera de mi propio país, pero también dentro de él) y recibí la siguiente notificación desde las autoridades educativas de México:




Como esto parece haber finalmente generado algún eco significativo, de toda la historia saco las siguientes conclusiones a guisa de moralejas:

1. Internet es un arma poderosa que podemos y debemos poner al servicio de causas trascendentes.
2. Vale la pena tomarse unos minutos para participar en estas campañas.
3. Argumentos respetuosos y racionales, a la larga tienen más chances de ser escuchados que mails catárticos, pero groseros y plagados de exclamaciones e improperios inconducentes.
4. Los funcionarios son sensibles a la presión mediática, sobre todo cuando ésta sobrepasa las fronteras del terruño.
5. No importante cuán lejana parezca una utopía, siempre puede uno hacer algo por acercarse a ella siquiera un micrón.

Y en mi lucha más cercana, es mi sueño que Nazarena consiga al fin un hogar, no la olviden. Un abrazo, Graciela

P.S: El siberiano que ilustra el post me llegó en una cadena de mails, no sé quién es el autor de la foto.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea? 

P.P. S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.