Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 17 de septiembre de 2011

El diccionario. ( Otro cuento corto)



Lo que hoy les presento es otro de mis cuentos. En este caso se trata de El diccionario, que fue seleccionado a través de un concurso para integrar la Antología de Red Literaria en 1998, y fue finalmente publicado en INTER-RED El proyecto Literario del nuevo milenio. Tomo 3. Editorial Red Literaria. Pág. 170, en Julio de 1999.

EL DICCIONARIO Por Graciela L.Arguello

(para Hugo y Silvia)
Divertimento semántico en allegro ma non troppo.

Calixto era el único en la barra del café que podía jactarse de una amplia cultura. Lamentablemente sumaba a ello una agresividad y una pedantería rayanas en lo enfermizo. Disfrutaba intensamente diciendo cosas para los demás inalcanzables, y haciendo de ellos mofa, muy disimuladamente.
Así, decía de Raúl, que tenía una nariz apoteótica. Calificaba de heterodoxa la figura de Juancito, y llamaba extrusiva a la mirada de Ramón.
Los muchachos no tomaban nada a mal por varias razones: primero, porque Calixto les infundía respeto; segundo, porque les encantaban los extraños términos que utilizaba; y tercero, porque además no entendían ni una sola palabra.
Francisco comenzó a sentir alguna vaga sospecha respecto a la sarcástica naturaleza de Calixto, cuando éste sobrepasó los límites de la barra, para hacer comentarios relativos a las respectivas familias. Expresiones referidas al ornamentado frontispicio de Ramón o al ecuménico dorso caudal de la mujer de Martín, le instalaron la semilla de la duda que lo condujo a la primera librería que encontró, en procura de un diccionario.
El proceso de desentrañar las veladas alusiones a la ecléctica afición lúbrica del hermano del Ñato, o al ántropotaxismo positivo de la prima de Juancito, llevó su tiempo, pero tuvo una culminación que mantiene a Calixto alejado del café.
El propio Francisco se encargó de informar a los demás parroquianos el por qué de su ausencia. Parece ser que Calixto tiene hoy la nariz en estado sinusoidal, contusiones frontoparietales, hiperalgia generalizada, alopecia traumática, y pérdidas odontológicas; todo ello de resultas de un intercambio conceptual con los muchachos del café, en el que se esclarecieron ciertas ambigüedades, y debido al cual, Calixto yace en decúbito dorsal en el nosocomio al que fue raudamente conducido por un ululante móvil sanitario, tan pronto como los muchachos especificaron su visceral rechazo a la oscura sintaxis del ut supra mencionado Calixto.


Como ya es mi costumbre, les cuento el posicionamiento de este cuento en mi propia escala gustométrica: siete, porque me divirtió escribirlo y todavía me divierte repasarlo.


Ahora los dejo con una sentencia para desentrañar: Silvia permanece en la execrable espera desde hace largo tiempo, por la indiferente pasividad de los miembros de la especie creadora de un sistema excluyente y no amigable, donde la existencia de entes sensibles se cotiza menos que un par de papelitos coloreados, que sirvieron de inspiración a aquel poema que reza "poderoso caballero es Don Dinero". O por ponerlo más claro: ¿hasta cuándo tendrá que esperar ella por un hogar?

Un beso Y nos vemos el próximo sábado, Graciela.

Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle,
¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

6 comentarios:

Terox dijo...

Doble mérito del cuento... ya que no solo divierte sino que también difunde la cultura!!!

Graciela L Arguello dijo...

A mí me divirtió mucho escribirlo, por lo menos, Terox

AVELLANEDA dijo...

Pero al final ¿se pegaron? Podrías reescribir este cuento de modo que yo lo entienda?. A partir de la segunda línea se me escapó todo? De veras tienes amigos que te entienden todo?

Graciela L Arguello dijo...

Diccionario mediante, sí, Avellaneda Y de paso me das el pie para decir que nunca supe si los jurados seleccionaron el cuento porque les gustó o por no reconocer que no entendían un pomo, jejeje Un beso Graciela

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Me encanto el cuento y me fascino el final, ya que no todos tienen la paciencia de soportar tales aires de superioridad y fueron muy claros en manifestarlo.

A simples golpes, un idioma universal que todos comprendemos y me imagino que Calixto jamás lo olvidara ja.

Hay que tener fe y profetizar, aunque no lo veamos aún que Silvia ya tiene un hogar.

Saludos

Graciela L Arguello dijo...

Ojalá. Roy , ojalá. Debo reconocer que últimamente hubo muchas adopciones en el refugio, pero Silvia todavía no ha tenido esa suerte, tal vez porque es gordita, no tan joven y muy tímida, pero esperemos que pronto pueda dar todo el amor que le sobra. Un beso Graciela.