Hace un tiempo comencé mi autobiografía bizarra, y después les aclaré también algo más, en otro post. Hoy vamos por el segundo capítulo.
Autobiografía bizarra. Capítulo II
Yo vengo de una familia pintoresca...bueno, de alguna forma hay que llamarla...
Pero empecemos por los dulces recuerdos infantiles.
Parece ser que de chiquita andaba necesitando algún refuerzo positivo emocional, o vaya a saber qué cornos, lo cierto es que por ser la menor y la única nena, me debo haber creído especial, y me planté ante mi mamá, preguntándole:
-"Mami, ¿vos me querés más que a mis hermanos?"
Y ella, con la ecuanimidad que cabe esperar de una madre, y sobre todo de una como la mía, me contestó:
-"Las mamás queremos a todos los hijos por igual...y en el último de los casos, si fuera a tener un hijo preferido, no ibas a ser justo vos, teniendo los dos hermosos hijos varones que tengo".
Desde ese día es que me quedé pensando. Todavía no tengo claro qué me quiso decir...
Lo que sí tengo claro, es que en el caso de adoptar a Moria, ella sería seguramente su preferida, porque es de lo "más mejor" como decía la inefable Catita que representaba Niní Marshall.
Un beso y hasta el próximo sábado. Graciela.
Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito callejero o rescatado de alguna fea situación.
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