DE REFRANES Y PROVERBIOS.

Hoy vuelvo sobre una etiqueta relativamente reciente, que ha tenido, sin embargo, bastante repercusión, según lo que se refleja en las búsquedas de mi statcounter. 

Y se trata específicamente del cúmulo de reflexiones que mi imaginación deriva de la lectura de un proverbio atribuido a los indígenas norteamericanos. 

ANTES DE JUZGAR A UNA PERSONA, CAMINA TRES LUNAS CON SUS MOCASINES. 

Bien, me parece razonable…. hasta por ahí…. Porque digamos, ¿qué pasa si el reo tiene zapatos abotinados, o alpargatas, por ejemplo, o botas, borceguíes, pantuflas, chinelas, ojotas? El juez le pide los mocasines, y no existen. Entonces ¿qué, no puede juzgarlo? ¿Qué hacemos, eh? Todo un problema ético y legal, de difícil resolución. 

Pero vayamos más allá, los mocasines sí existen, y el acusado se los saca y los entrega al juez, que debe caminar con ellos. Veamos todos los intríngulis que pueden presentarse: 

1. El juez y el reo no calzan el mismo número. Difícil sobre todo si la pata más grande es la del juez, ¿cómo la pone en un mocasín dos números más chicos, por decir algo? 

2. El juez huele el mocasín y decide directamente absolver al acusado antes que ponerse ese calzado. ¿les parece justo? Un homicida suelto sólo porque no usa Efficient. 

3. El juez está resfriado, y se pone el mocasín, pero resulta que se contagia hongos, ¿debe eso considerarse agravante de la pena? ¿O la ART tiene que pagar el seguro? ¿O el estado se hace cargo de los costos en Empecid? Lo que significaría una onerosa carga para todos los contribuyentes, que tienen que pagar, sin comerla ni beberla. 

4. El juez recibe el mocasín, se lo pone, no se contagia nada, pero está impedido de caminar porque le acaban de operar los juanetes, ¿qué hacemos con el juicio? ¿Se posterga hasta la total recuperación del magistrado? ¿Y si la operación sale mal y no vuelve a caminar nunca? ¿Qué se hace en ese caso? 

5. El juez recibe el par de mocasines, le andan y puede caminar con ellos, pero ¿tres lunas? ¡¿Tan lejos?! ¿Un par de cuadras no alcanzan? ¿Tres kilómetros, todavía, vaya y pase, pero tres lunas? ¿Cuántas millas son tres lunas? ¡Un montón!  

6. Acá me acota Panchita que los indios usaban las lunas como medidas de tiempo no de espacio. Bueno está bien, pero igual ¿no será mucho? Porque tres lunas ¿de cuáles? ¿Una de cada una?, ¿o todas llenas, o todas nuevas? Eso puede llegar a ser un montón de tiempo. ¿Y mientras tanto, lo tenemos en pata al pobre reo? 

7. Y después de tanta caminata ¿en qué estado le devuelve el juez los mocasines a su legítimo dueño? ¿Quién paga el lucro cesante del tiempo que no fue a trabajar porque andaba pata pila el tipo? 

No hay caso, no me convence… Otra vez, una lectura crítica de un refrán supuestamente sabio, nos deja con más preguntas que respuestas. 

De modo tal, queridos míos, que sigo mirando con desconfianza esas pildoritas de conocimiento que siempre nos quieren hacer tragar, y contra las cuales siempre me he rebelado, y lo seguiré haciendo hasta que alguien me dé mejores argumentos. 

Por ahora los dejo, recordándoles que para adoptar a Panchita deben dejar aquí su comentario en Córdoba, Argentina. Y hasta el próximo sábado, vayan a votar o a buscar nuevo candidato, ya que es una actividad de moda en este momento.

Un abrazo y hasta el próximo sábado. Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea? Graciela.

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