Bartimeo, Federico Alfonso y Elvira Inés, los ángeles del blog.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Entre mis propios cuentos, el favorito.

Ya conocen ustedes mi "escala gustométrica", es decir la que simplemente mide cuánto me gusta a mí cada uno de los cuentos que escribo, independientemente de su verdadero mérito literario. Y éste es mi más querido producto, por lo cual le pongo un diez, tal vez porque tiene tanto que ver con mi propia historia...
En su momento, se publicó, junto con Pobre tonto y El milagro, en el libro cuya portada ilustra este post, y cuyos datos son:  Antología DE POEMAS  Y  ENCUENTrOS.  DOCE VOCES. Abril de 1997. Ediciones baobab. Pág 11.  
Y a propósito de este cuento, les debo para otro post, una anécdota del evento en que se presentó la antología.

PAPÁ OSO VERDE
          por Graciela L.Argüello
          para el Bochi (in memoriam)

Hubo una vez una niña, que quizás fui yo misma, que tuvo una infancia sin hambre y sin frío de la piel hacia afuera, pero  no del corazón hacia adentro.
La suya fue una infancia sin papá...
Era pequeña y solitaria, hasta cuando cantaba, saltaba y reía, como todos los chicos. Y cuando creció, escribió un diario de lo que le pasó en la infancia.
Y yo leo ese diario, como si leyera mi historia, o la historia de cualquier niño solo. Tal vez tu historia, mujer callada. O tu historia, hombre gris. O la tuya, viejecito cansado...

PRIMER DÍA DE CLASE CUANDO YO ERA CHICA

Hoy fui a la escuela, me llevó mi mamá y me dejó ahí. Tenía que irse a trabajar a la oficina.
Había muchos chicos con delantales de colores. Los nenes tienen delantales celestes, y las nenas, rosas. Muchos nenes lloraban y se quedaban con sus mamás que no se iban para que no lloraran más.
Yo también lloraba porque no tenía mis juguetes y no me gusta la escuela y me quería ir a mi casa, pero mi mamá  no estaba porque se había ido.
La señorita quiere que le diga tía y dice que se llama Ofelia. Es buena, pero no es mi mamá, ni es mi tía. Entonces yo pienso que en mi casa mi mamá viene recién a la hora de comer, así que no la voy a extrañar hasta que sea la hora de comer. Pero acá tampoco está mi oso verde.
Porque yo tengo un oso verde con la panza roja. Es chiquito y manso, con un cascabelito en el cuello. Él me espera en mi casa y los dos jugamos juntos. Yo no quiero jugar con todos estos chicos más grandes que yo, quiero jugar con mi oso verde.

AL RATO EL MISMO PRIMER DÍA DE CLASE CUANDO ERA CHICA

Ya se han ido los chicos, y la señorita me cuida porque no me vino a buscar nadie. Cuando venga mi tía, me va a llevar a mi casa y yo voy a buscar a mi oso verde que debe estar muy triste, solito en mi pieza.
 Mi mamá va a estar en casa pero tiene que hacer cosas de la oficina, así que voy a contarle a mi oso verde que tuve miedo, y que lo extrañé porque lo quiero. Le voy a decir a mi oso verde que no quiero volver a la escuela, que me gusta más jugar con él, sentada en el almohadón floreado y sin hacer ruido, porque mi mamá, pobrecita, trabaja y trabaja.

OTRO DÍA EN LA ESCUELA

Cuando no vengo a la escuela me aburro en mi casa, y me moriría si no tuviera mi oso verde que es muy lindo y muy bueno. Las muñecas son lindas, pero no me quieren tanto. ¡Mi oso verde es mi oso verde!
Yo le conté que en la escuela hay una osita rosada, y él la quería conocer, pero yo no quiero llevarlo, para que me quiera a mí sola.
Mi oso verde es el único que está siempre y siempre conmigo, y no trabaja en ninguna oficina, por eso quiero tenerlo para mí sola. Cuando se lo expliqué me entendió, y ya no quiere ir a la escuela con ninguna osita rosada. Si mi mamá fuera oso también me entendería, y no iría a la oficina y jugaría conmigo. Pero mi mamá es mi mamá y mi oso verde es mi oso verde...

OTRO DÍA CUALQUIERA DE MI INFANCIA

En la escuela hay un nene rubio que viene el papá y lo busca. ¡Es de lindo ver cómo queda de chiquito al lado de su papá! ¡Es de lindo ver cómo el papá se agacha desde tan alto para arreglarle el moño a lunares del guardapolvo! ¡Es de lindo verlo irse con su papá!
Yo también tengo un papá, pero no lo veo, porque trabaja en la China. Viene una vez cada tanto y me saca a pasear en su auto, y me compra cubanitos de dulce de leche, pero a mi mamá no la lleva porque... no sé por qué...
Es que están cansados de trabajar tan lejos, y no se saludan porque están demasiado cansados, como yo cuando me duermo sin decir buenas noches.
Yo querría ser un nene rubio con un papá. O mejor yo querría ser yo, pero con mamá y con papá. Yo querría que trabajaran menos y me quisieran más.
 ¡Ojalá mi papá trabajara en la oficina con mi mamá!.. O si no, ¡ojalá nos fuéramos todos a la China!

UN DÍA MUY TRISTE EN MI INFANCIA

Hoy se murió mi oso verde. Yo jugaba con él y se le rompió una oreja, pero yo lo quiero igual. Lo dejé y cuando volví de la escuela no estaba, porque mi mamá que es mala me lo había matado. Yo lloraba y lloraba porque mi oso es el único que me quiere.
A la noche, mi mamá me trajo el oso todo cosido, porque no estaba muerto, sino que lo habían operado para arreglarle la oreja. Mi oso verde está más lindo que nunca, y habla y habla, mientras yo le cuento que hoy lloré mucho porque me quedé sola, y ahora sé que sin mi oso me muero de pena.
            Oso, Osito, ¡nunca te vayas a trabajar a la China!. O si te vas, yo también me voy. No me dejes vos también, Osito querido.

OTRO DÍA

El nene rubio que tiene un papá que lo busca, me dijo que yo era muy rara porque hablo con mi oso. Él dice que los osos no hablan. Es que él, pobrecito, no tiene un oso como mi oso verde. Yo se lo dije y él me contestó que le va a preguntar a su papá, porque los papás saben todo. Mi papá que está en la China, ¿sabrá también de todo?
Si la China quedara cerca, yo se lo preguntaría, pero como está más lejos que el cielo, se lo voy a preguntar a Papá Oso Verde.

AL DÍA SIGUIENTE

Papá Oso Verde no contestó nada y miró por la ventana, como hace siempre que no sabe qué decir. Él no supo qué contestar y yo no tengo a quién más preguntarle, así que me voy a ir a dormir, pero antes le voy a pedir a Dios, que puede hacer de todo, que traiga más cerca a la China, para que mi mamá y mi papá no estén tan solos, y yo los tenga a los dos.
 
DESPUÉS

Hoy va a venir mi papá y me va a llevar en su auto. Mi mamá me ha puesto bonita porque quiere que mi papá sepa cuánto me cuida. Mi mamá no se pone contenta como yo cuando mi papá me busca.
Ella tiene miedo de que yo me vaya con él a la China, y entonces me dice que no me vaya porque él es muy malo. Yo no sé si es malo, pero me gustaría tenerlo conmigo para mostrárselo al nene rubio que tiene un papá que no trabaja en la China.
Yo me acuerdo de que antes de que mi papá se fuera, él y mi mamá se peleaban, y creo que se portaba mal, porque mi mamá lloraba. Pero a lo mejor no es malo, y ahora que tiene un trabajo lejos nos quiere más.
Yo lo quiero aunque no se lo diga a mi mamá, porque yo sé que si no viviera en la China, me llevaría a la escuela, y también sería lindo verme tan chiquitita, al lado de él, tan alto...
También lo quiero porque sabe silbar. Mi mamá no sabe silbar. Mi papá se ríe mucho cuando me lleva a pasear. A mí me parece que mi mamá no se sabe reír. Yo aprendí lo mismo, y a veces me río con mi Oso Verde.

OTRO DÍA DISTINTO

Mi mamá está triste, y dice que tenemos que ir a los Tribunales. Yo no sé qué es eso, pero debe ser un lugar muy feo porque ella llora.  
Mi mamá me dijo un montón de cosas que tengo que decir cuando vayamos, porque si no, me van a llevar a otra parte sin ella. Yo no quiero ir a ningún lado sin ella, aunque creo que sería a la China con mi papá.
Yo no quiero ir a la China con mi papá si mi mamá no va. Lo que yo quiero es que estemos los tres y el Osito, pero cuando le nombro a mi papá, mi mamá se enoja muchísimo. Entonces no le puedo explicar nada. Al final siempre me quedo callada, y siento como cuando no puedo tragar los remedios de pastilla grandota. Como cuando se me trancan y siento un dolor acá, adentro del cuello.
Después de un rato viene mi Papá Oso Verde y me hace reír de nuevo.
 
EL DÍA QUE FUI A LOS TRIBUNALES

Yo no sé por qué mi mamá lloraba y lloraba, porque los Tribunales no son nada malo. A mí me gustaron: son como un montón de oficinas juntas en un edificio grandote y lindísimo que tiene escaleras al medio y como toboganes (mi mamá dice "rampas") en la entrada.
A mí me gustó sobre todo la pieza del juez, que es un hombre muy serio, pero que pregunta y pregunta. En esa pieza había unos sillones enormes de cuero marrón, que a mí me gustaron mucho. Me puse a saltar sentada como hago en los sillones azules de mi casa, creyendo que no me miraban, pero me estaban viendo, y me retaron, igual que en mi casa.
Estaban mi mamá y mi papá y otros señores que le hablaban al juez, y que a cada rato parecían enojados. Yo me empecé a aburrir y entonces lloré un poquito. Después me preguntaron cosas de lo más tontas. Me preguntaron si quería más a mi mamá o a mi papá. Yo quería decir que los quería a los dos, y que me gustaba estar con los dos, porque mi papá me leía versos de un libro que tenía, y mi mamá me pone la bolsa de agua calentita en la cama. Porque mi papá me llevó una vez a un lugar donde un señor tocaba en el violín una música tan linda como si fuera del cielo, y mi mamá me hace bombas de papa...
Pero no dije nada, porque vi la cara de mi mamá, que parecía como pidiendo que la quisiera más, y entonces dije que me quería ir con ella.
Después todos nos fuimos, y mi mamá me preguntó: ¿ahora por qué llorás?

MESES DESPUÉS

Pasa mucho tiempo, y siempre mi mamá va a los Tribunales, a veces me lleva a mí, pero yo me aburro y no entiendo de qué hablan, y me asusto mucho porque ella y mi papá a veces se gritan cosas feas.
Pero por lo menos aprendo palabras difíciles, que después le cuento al nene rubio, y me siento importante. Algunas veces tengo que inventarle explicaciones, porque yo tampoco sé qué quieren decir. Pero me divierto mucho cuando le cuento. Aprendí "Palacio de Justicia", que es como decir Tribunales. Y aprendí "audiencia" que me parece algo de la radio. Y aprendí "patria potestad" que no sé qué significa, pero debe ser algo del Himno o de los próceres que nos enseñan en la escuela cuando hablan de la patria.
 
CUANDO YO ERA MÁS GRANDE

Hoy se decide si me quedo con mi mamá o con mi papá. Como ya tengo seis años, mi mamá me llamó para explicarme "cosas que ya puedo entender", pero que igual no entiendo.
Dice que no puedo estar con los dos porque ellos no quieren estar juntos, y entonces el juez va a decir con cuál me quedo.
Cómo va a saber el juez, es algo que yo no entiendo. Pero mi mamá dijo que tengo que pedir que me dejen con ella, porque mi papá es malo. ¿Será malo? Las mamás nunca mienten. Debe ser malo, aunque yo no me dé cuenta...

AL DÍA SIGUIENTE

Ayer todos lloraban, y yo también, pero no sé por qué. Al final el juez dijo que me quedara con mi mamá. Cuando salimos de la pieza de los sillones, mi papá vino a decirnos que se iba de viaje por mucho tiempo y muy lejos, y que se quería despedir. Yo la miré a mi mamá, y ella me miró enojada, así que no dejé que mi papá me besara, porque ella dice que es muy malo.
A mí me dio mucha pena por los dos, porque mi papá parecía que quería llorar cuando no le di un beso. Y mi mamá parecía como de cartón y su mano era un hielo.
Y yo me sentía como si me ajustara la ropa, y quería quedarme para siempre ahí, antes de que mi papá se fuera para un lado, y nosotras para otro.

A LA NOCHE

Hoy me acosté con mi Oso Verde, y no sé por qué, no pude contarle nada. Me acordaba de mi papá y de sus ojos cuando no me animé a besarlo, y besaba y besaba a mi osito hasta que me dormí llorando. No sé por qué.
 
HOY, HOY CON LLANTO

Hoy mi padre ya es casi olvido. Murió siendo yo una niña hace más de mil años. Murió lejos de casa, sin que le diera aquel último beso, y yo no recuerdo ni siquiera cómo era su cara. De él no me ha quedado nada, ni una fotografía.
No sé cómo era mi padre, nunca lo conocí, pero las únicas cosas que hoy me llenan los ojos de lágrimas son: escuchar a Piero cuando canta "Viejo, mi querido viejo"... y ver a un niño con un oso de felpa.

Y si ustedes piensan que les hace falta un oso verde, pero están demasiado crecidos para un peluche, ¿por qué no adoptar al Gordo Lucas, que también necesita una familia?
Un abrazo y nos vemos el próximo sábado. Graciela.


Espérenme con la noticia de que le dieron hogar a un perrito o gatito de la calle, ¿les gusta la idea?
P.S.: Recuerden que cualquier cosa que quieran usar de este blog debe incluir la  mención de la fuente, porque todo en él tiene protección de propiedad intelectual.

2 comentarios:

Terox dijo...

Uf... vaya cuento... le estruja a uno el corazón...

Graciela L Arguello dijo...

Por eso lo quiero tanto, Terox porque está escrito con lágrimas, no con tinta. Beso.